Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dió una bofeteada al otro.
El otro ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.
HOY MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra ?
"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo, por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo ".
A veces nos comportamos de manera agresiva, pero atendiendo a lo que leí en un artículo del mundo, en palabras de un psicólogo argentino: "son ocasionales y de corta duración". Entiendo que no buscan la agresión gratuita, sino que son fruto de un conflicto; en caliente todo lo tomamos a la tremenda.
ResponderEliminarPero, por otra parte, no está de más pedir disculpas, sin importar el momento, nunca es tarde si la dicha es buena! Sobre todo, con la gente que no ves habitualmente o que nunca volverás a ver.
Seguro que mas que una bofetada fueron unos golpecillos en los mofletes en plan: ¡despierta!, ¡éste no eres tú!, ¿estás tonto o qué te pasa?
Ojalá tuvieramos a alguien las 24h para que nos diera un tirón de orejas de vez en cuando, o que nos guiara, de algún modo, no sólo diciéndonos "por ahí no vas bien...", ofreciendo soluciones a nuestros problemas y si ni siquiera tienes que pedirlo sería lo más top top.
Y que razón tiene el refrán de hoy: "Échate a enfermar y verás quien te quiere bien y quien te quiere mal". Cierto es, que cuando las cosas van mal, los que se quedan a tu lado, a pesar de todo!, son a los que realmente les importas.
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